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AVC del crecimiento infantil
Al hablar de crecimiento infantil nos referimos al aumento de talla y peso como consecuencia del incremento en el número y tamaño de las células de un niño con el paso del tiempo; estos parámetros pueden tomarse como indicadores confiables de salud. El cabello crece, los dientes de leche salen, se caen y son reemplazados por los definitivos, y el niño entra en la pubertad poco después; procesos todos estos que son parte de su crecimiento.
Ya en el primer año de vida ocurren cambios asombrosos gracias a los cuales los bebés, en promedio, aumentan su talla en 25 cm y triplican su peso respecto de los que tenían al nacer; esta es la razón por la cual a algunos padres de familia les toma por sorpresa que, después, su hijo no crezca tan rápido como durante el primer año.
Ningún niño experimenta un crecimiento infantil igual que el de otro, aun dentro de la misma familia; si tomamos en cuenta, no obstante, que la tasa de aumento de la estatura se ralentiza después del primer año, a partir de los dos años continúa a razón casi constante de 6 cm por año hasta la adolescencia.
No pierdas de vista que ningún niño crece a ritmo perfectamente constante: las semanas, o incluso meses, de crecimiento un poco más lento se alternan con pequeños brotes de crecimiento en la mayoría de los niños. ¡De hecho, los niños crecen un poco más rápido en la primavera que en el resto del año!
Asimismo, toma en cuenta que un brote importante de crecimiento es el famoso estirón que ocurre durante la pubertad, un periodo de al menos dos años (máximo cinco) que en las niñas sucede entre los ocho y los 13 años mientras que en los niños ocurre normalmente entre los 10 y los 15 años. Para cuando la pubertad termina (cuando mucho en las niñas a los 15 y en los niños a los 16 o 17 años) el crecimiento infantil propiamente dicho habrá terminado y podemos decir que se ha alcanzado la madurez física.
Es importante que, como padre o madre, proveas los nutrientes necesarios para contribuir a un desarrollo y crecimiento infantil saludables ya que este es uno de los objetivos de la alimentación saludable para niños durante las edades preescolar y escolar, sin dejar de lado otros factores clave como los hábitos saludables y el ejercicio físico, para que puedan alcanzar su potencial genético y masa ósea máximos, así como para prevenir enfermedades metabólicas y nutricionales en el corto y largo plazo.
En esta labor, Danonino te acompaña ya que uno de sus objetivos es impulsar a los niños todos los días para que se conviertan en gigantes. Con este fin, a continuación te presentamos el AVC del crecimiento infantil, esto es, factores que te sugerimos incluir en su rutina y alimentación: actividades físicas para niños, vitamina D y calcio.
Actividades físicas para niños
La realización de actividades físicas para niños favorece el proceso de crecimiento ya que estimulan la producción de la hormona del crecimiento; además, el ejercicio hace que los niños tengan huesos más fuertes y mejor respuesta inmunológica, hormonal y cardiovascular a futuro.
Como si esto no fuera suficiente, los niños que realizan algún tipo de ejercicio también aprenden mejor, son más sociables y poseen una mejor salud mental. Por estas razones y sin perder de vista que la obesidad es un problema de actualidad para muchos niños, los padres deben asegurarse de que sus hijos realicen actividades físicas para niños regularmente.
Las actividades físicas para niños deben corresponder con la etapa del crecimiento infantil en la que se encuentren; los beneficios que los niños obtendrán de ellas son una mejor condición física y un peso saludable para lo cual se recomienda que realicen diariamente 60 minutos de ejercicio físico de moderado a vigoroso.
¿Qué actividades físicas para niños puede hacer mi hijo en las diferentes etapas?
Estar activos todos los días es importante para el desarrollo saludable de los pequeños en cualquier etapa del crecimiento infantil. Las actividades físicas para niños en cada fase de su desarrollo deben incluir una parte que sea ligera y otra más intensa, siempre acorde con su edad, por ello aquí te damos ideas para activar físicamente a tus pequeños:
Niños en edad preescolar (de tres a cinco años)
Si bien el ejercicio físico es igualmente importante en todas las etapas de la vida, tal vez en ésta lo sea aún más ya que la mayor parte de los menores de cinco años que padecen obesidad infantil pueden mejorar su salud con actividades físicas para niños; si su peso no cambia, tal vez necesiten más ejercicio y hacer un cambio sustancial en su alimentación.
Procura que los niños menores de cinco años no pasen mucho tiempo inactivos, excepto cuando están dormidos, y limita el tiempo que pasan frente a la televisión, de viaje en automóvil, autobús o tren o bien, atados a un cochecito ya que estas formas de inactividad no son adecuadas para el sano crecimiento infantil.
Al igual que en la etapa anterior, la recomendación es que realicen por lo menos tres horas de actividades físicas para niños repartidas a lo largo del día; la tercera parte de ese tipo debe ser de ejercicio intenso, pero acorde con su edad.
En esta etapa como en las siguientes, además, la actividad física debe verse principalmente como un juego: este enfoque no se debe perder con el fin de construir hábitos saludables para el futuro. Así, algunas actividades físicas para niños de tres a cuatro años pueden ser jugar con un frisbee o a los encantados, aunque tal vez este sea el momento para empezar a andar en triciclo. ¿Y por qué no nadar? Si practicas natación junto con tu hijo obtendrás beneficios adicionales como crear un vínculo fuerte entre ustedes ¡y que pierda miedo al agua!
Niños en edad escolar (de cinco a 12 años): ¿qué hago si mi hijo no quiere hacer ejercicio?
Esta etapa es un boom para los niños porque empiezan a interactuar con otros en el contexto de la escuela y toman consciencia de que las diversas actividades en que pueden participar (los juegos y el ejercicio incluidos) tienen reglas, pero también puede ser difícil por la constante competencia con sus iguales, eso para no hablar de las exigencias de papás, profesores e instructores que pueden producir, como efecto secundario, que pierdan el interés por la escuela o por las actividades físicas para niños.
Más allá de cumplir con un requisito académico o con tu visión personal, las actividades físicas para niños en edad escolar les permiten integrarse socialmente, aprender a seguir reglas y a trabajar en equipo, empatizar con sus semejantes y apreciar el valor de la constancia, el esfuerzo y la dedicación; además, se enfrentan a la frustración y descubren formas de lidiar con ella. Como si todo esto no fuera suficiente, adquieren habilidades de coordinación psicomotriz y se mantienen saludables.
Detrás de que a tu hijo en edad escolar no le guste hacer ejercicio puede haber muchas razones: tal vez no ha encontrado una actividad que le apasione; él no se siente cómodo en actividades grupales porque es muy tímido; su entrenador o tú son muy competitivos, o simplemente no le gusta perder. En estos casos, lo último que debes hacer es presionar a tu hijo para que haga ejercicio o presentarle las actividades físicas para niños como un castigo.
Así, si a tu hijo no le gusta hacer ejercicio, puedes intentar las siguientes actividades físicas para niños en etapa escolar:
- Las escondidas y las traes son tan sólo algunos ejemplos de actividades en las que los niños pueden correr sin la presión de competir contra sus compañeros: al mismo tiempo que se juegan y se divierten, se mantienen activos.
- Salgan a caminar o al parque después de clases o al terminar las tareas escolares: el parque en especial es el espacio perfecto para que los niños corran, jueguen con una pelota, salten y trepen; en fin, para que hagan ejercicio sin notarlo ni llamarlo así. Incluso si el balón se les escapa, tú puedes ir a por él y activarte un poco.
- ¿Por qué no bailar? Muévete junto con tus pequeños al son de la música: después de todo, ¿a qué niño no le gusta la música? Será muy divertido que bailen libremente.
- Las actividades que involucren una piscina o alberca también son excelentes en estos casos; no necesariamente se trata de inscribir a tu hijo en una clase de natación (aunque podrían inscribirse ambos) sino tan sólo de ir a jugar juntos.
- Andar en patines es otra actividad que tu hijo puede no ver como deporte con toda la exigencia de la competencia y la calificación, pero que disfrutará si la realizan juntos y bajo tu supervisión, además de que lo mantendrá activo.
Como puedes ver, lo importante no es que tu hijo sea el mejor en su clase de deportes o que sea un medallista olímpico en potencia, sino tan sólo que se mueva un poco todos los días sin importar qué actividad haga.
Pubertad y preadolescencia (12 a 15 años)
El ejercicio físico es importante para que los niños, ahora preadolescentes, aprendan a convivir con los grandes cambios que ocurren en su cuerpo y su mente durante esta etapa; además, refuerzan los valores, habilidades y aptitudes adquiridos gracias a las actividades físicas para niños durante las etapas anteriores del crecimiento infantil. Actividades como las artes marciales, los deportes de equipo, el atletismo y la siempre presente natación pueden servirles a mantenerse activos y con la consciencia de lo importante que la dedicación, la constancia y el esfuerzo tienen para lograr sus metas y su independencia.
Sea cual sea la etapa del crecimiento infantil en la que se encuentre tu hijo, no pierdas de vista que no sólo necesita ejercicio físico, sino también una alimentación saludable para niños que contenga todos los nutrientes que necesita para un desarrollo sano y por último (pero no menos importante) descanso suficiente y de calidad. Ciertamente no todos los niños duermen lo mismo a lo largo del tiempo, pero se estima que de 10 a 11 horas son suficientes para sus cuerpos en crecimiento.
Vitaminas para el crecimiento infantil
Una alimentación saludable para niños es elemental para que nuestros pequeños crezcan sanos y fuertes. Tu deber como mamá o papá es poner atención a los nutrientes, vitaminas y minerales que contienen los alimentos para asegurarte de que contribuyan al sano crecimiento de tus hijos.
Las vitaminas son fundamentales para regular muchas funciones diferentes dentro del cuerpo; esto las hace importantes en una alimentación saludable para niños ya que intervienen en la formación de nuevos tejidos, células sanguíneas, hormonas y neurotransmisores o sustancias químicas que utiliza el sistema nervioso.
Las vitaminas también funcionan como catalizadores que intervienen en la producción de enzimas por parte de algunas proteínas, o como coenzimas para transmitir señales químicas de una célula a otra en el organismo; entre ellas, destaca la importancia de la vitamina D para niños.
Mientras que las demás vitaminas se obtienen de los alimentos o a través de suplementos que las contengan, la vitamina D es la única sintetizada por el cuerpo humano al exponerse la piel a la luz solar directa.
La vitamina D para niños es importante porque contribuye a la correcta absorción y utilización del calcio y del fósforo en el organismo; estos dos minerales son esenciales para mantener huesos y dientes sanos y fuertes. Para adquirir la vitamina D suficiente se recomienda exponerse a la luz solar directa de 10 a 15 minutos, así como consumir productos lácteos enriquecidos con esta vitamina.
Por su puesto no hay que olvidar el papel de los minerales en la dieta infantil de nuestros pequeños, y el calcio es fundamental en el AVC del crecimiento infantil.
Calcio para niños
El calcio para niños es fundamental en la formación de huesos y dientes fuertes, cosa especialmente importante durante la niñez y adolescencia ya que entonces se forma la mayor parte de la masa ósea.
El calcio está presente principalmente los alimentos lácteos y, además de participar en la formación de huesos y dientes fuertes, también toma parte en las contracciones musculares, la estimulación nerviosa y el control de la presión arterial. Por estas razones, recomendamos que tu pequeño consuma entre dos y tres porciones de lácteos por día para garantizar que consuma el calcio que necesita para un sano crecimiento infantil.
¿Cómo enseñarles a entender el AVC del crecimiento infantil?
Recuerda que cada pequeño es diferente, por lo que dos niños pueden diferir en crecimiento infantil y desarrollo; también que, como ocurre con los adultos, algunos niños son más altos o bajos. Además, las niñas suelen llegan a la pubertad antes que los niños, aunque algunas niñas pueden quedarse atrás de sus pares en su desarrollo físico: todo esto es normal.
Evita comparar el crecimiento de tu pequeño con el de sus hermanos o el de otros niños ya que los comentarios sobre, por ejemplo, la altura sólo harán que tu hijo se sienta cohibido o inseguro sobre su tamaño; en su lugar, anima a tu hijo a aceptar su propio desarrollo y explícale que todos los niños crecen a su propio ritmo y que generalmente todos los niños se ponen al día en su crecimiento a largo plazo.
Generalmente tus hijos pueden tener muchas preguntas sobre el crecimiento infantil, preguntas que van desde por qué se les caen los dientes hasta temas difíciles o vergonzosos como el desarrollo de los senos o la sudoración; no evites estos temas ya que es mejor responder sus preguntas honestamente para que comprendan sus cambios de forma que los puedan enfrentar y aceptar de forma más positiva. Ten en cuenta que, si tus hijos notan tu incomodidad al hablar de estos temas, pueden pensar que cualquier cambio que les suceda es vergonzoso y esto hará menos probable que te cuenten sus inquietudes e incluso los problemas por los que podrían estar pasando.
Por otro lado, los niños que tienen una estatura más baja suelen enfrentarse a burlas por parte de sus compañeros. En estos casos, muy probablemente necesiten ayuda de sus padres para sobrellevar la situación; lo más importante es que te esfuerces en comprender cómo se siente tu hijo y que estés dispuesto a escucharlo siempre que lo necesite.
Otra forma de mejorar el estado de ánimo de su hijo es fomentar actividades que no tengan que ver con su estatura o su peso. Si bien las actividades físicas para niños son esenciales para mantener una buena salud física, no pierdas de vista que las habilidades y cualidades individuales como el talento musical o el amor por la literatura también son motivo de orgullo.
¿Mi hijo está creciendo correctamente? Alteraciones del crecimiento infantil
Programa una cita con el pediatra si crees que tu hijo no crece a un ritmo normal ya que esto puede ser señal de otros problemas de salud. El médico examinará a tu hijo, te preguntará sus antecedentes familiares y, si es necesario, solicitará análisis clínicos para descartar condiciones médicas que alteren el crecimiento; el siguiente paso que el pediatra dé será monitorear más de cerca el crecimiento de tu hijo o canalizarlo a un endocrinólogo pediátrico, es decir, un especialista en trastornos del crecimiento infantil.
Se considera por lo general que una alteración en el crecimiento infantil es un problema que requiere atención médica si tu pequeño es menor que el 95% de los niños de su edad y el ritmo al que crece es lento; también puede diagnosticarse algún tipo de retraso si tu hijo tiene una talla normal, pero su crecimiento se ha desacelerado.
Otros síntomas pueden acompañar al retraso en el crecimiento infantil en función de las causas detrás de dicha alteración como, por ejemplo:
- Brazos o piernas que no guarden proporción con el torso pueden ser un indicio de enanismo.
- Niveles bajos de la hormona tiroxina se pueden manifestar como pérdida de energía, estreñimiento, piel y cabello secos y dificultades para mantener su temperatura corporal.
- Si el rostro de tu hijo no crece y se ve muy pequeño para su edad, podría tener niveles bajos de la hormona del crecimiento.
- Signos y síntomas como diarrea, estreñimiento, vómitos, náuseas y sangre en las heces podrían indicar que el trastorno del crecimiento infantil de tu hijo se debe a alguna enfermedad estomacal o intestinal.
Las causas detrás del retraso en el crecimiento infantil pueden ser variadas, pero las más comunes incluyen:
- Antecedentes familiares de baja estatura: si sus padres u otros parientes cercanos tienen baja estatura, es frecuente que el niño crezca a un ritmo más lento que sus compañeros. El retraso en el crecimiento infantil debido la genética no necesariamente indica una condición subyacente; el niño puede ser más bajo tan sólo por sus antecedentes familiares.
- Retraso constitucional del crecimiento: los niños con esta condición son más bajitos que el promedio, pero crecen a un ritmo normal. Tienen una edad ósea retrasada, es decir, sus huesos maduran más lentamente que su edad; también tienden a llegar a la pubertad más tarde que sus compañeros lo que conduce a una estatura más baja que la del promedio en los primeros años de la adolescencia, pero que tiende a normalizarse en la edad adulta.
- Deficiencia de la hormona del crecimiento: en circunstancias normales, esta sustancia está detrás del crecimiento de los tejidos corporales, pero si no hay la suficiente en el organismo o no la hay en absoluto, los niños no podrán mantener una tasa de crecimiento infantil saludable.
- Hipotiroidismo: la tiroides se encarga de liberar hormonas que participan de un crecimiento infantil normal, pero si esta glándula trabaja a una tasa más baja de lo normal, el niño crecerá a un ritmo más lento.
- Síndrome de Turner: el síndrome de Turner (ST) es una condición hereditaria que afecta a las mujeres ya que les falta una parte o la totalidad de un cromosoma X y cuyos cuerpos, si bien producen cantidades normales de la hormona de crecimiento, la utilizan de manera eficaz.
El tratamiento temprano puede hacer la diferencia para que tu hijo alcance una estatura adulta normal; por ello, es importantísimo que consultes a su pediatra apenas notes cualquier signo o síntoma de retraso en el crecimiento infantil. Sin importar si el tratamiento es posible o no, identificar las causas subyacentes del retraso en el crecimiento de tu hijo les ayudará a decidir cómo intervenir lo mejor posible en su desarrollo.
El crecimiento infantil temprano echa las bases para el aprendizaje, el comportamiento y la salud para el resto de la vida. Las experiencias que los niños tienen en la primera infancia moldean el cerebro y la capacidad del niño para aprender, llevarse bien con los demás y responder al estrés y los desafíos diarios lo que convierte a esta etapa en la más importante de la vida. Para alcanzar su máximo potencial, los niños necesitan el apoyo adecuado de la familia, sus profesores y los profesionales de la salud durante este período.
Los primeros tres años después del nacimiento son de rápido crecimiento y desarrollo ya que el cerebro de un niño crea complejas vías neuronales a una velocidad impresionante. A los seis años, el cerebro se ha desarrollado al 90% de su tamaño adulto y están en constante absorción de una asombrosa cantidad de información que proviene de sus experiencias y su entorno.
Estas experiencias tempranas, tanto buenas como malas, sientan las bases para la supervivencia, el crecimiento, la salud y el bienestar futuros de un niño. Las investigaciones arrojan evidencia consistente de que un buen desarrollo en la primera infancia tiene un impacto positivo directo en los resultados de salud a largo plazo y mejora las oportunidades futuras, el rendimiento escolar e incluso el potencial de ingresos. No menos importante es el impacto de esta etapa del crecimiento infantil en el desarrollo emocional y social de un niño, vital para su futura confianza, comunicación, relaciones, inclusión comunitaria y salud mental.
El desarrollo de la primera infancia es un período de grandes oportunidades, pero también de grandes retos, y muchos niños no pueden desarrollar todo su potencial debido a las condiciones adversas de su entorno. Factores como una nutrición inadecuada, la contaminación ambiental, cuidados inestables, estimulación limitada y estrés pueden perjudicar el desarrollo infantil.
Referencias:
- Vélez, L. (2021, 16 marzo). Para qué sirve la vitamina C en niños y embarazadas. Guiainfantil.com. Recuperado 13 de enero de 2022, de https://www.guiainfantil.com/articulos/alimentacion/para-que-sirve-la-vitamina-c-en-ninos-y-embarazadas/
- Jiménez Acosta, S. M., Martín González, I., Rodríguez Suárez, A., Silvera Téllez, D., Núñez Torres, E., & Alfonso Fagué, K. (2018). Prácticas de alimentación en niños de 6 a 23 meses de edad. Revista cubana de pediatría, 90(1), 79-93.