La infancia es un periodo crítico que representa una ventana de oportunidad única para la salud futura. El desarrollo físico y mental que se presenta durante este periodo no vuelve a suceder en ninguna otra etapa de la vida del ser humano, por lo que la nutrición resulta más importante que nunca[1]. Una buena nutrición durante la infancia contribuye a un sano crecimiento y desarrollo, ayuda a reforzar el sistema inmune, evitando la aparición de enfermedades, fomenta el desarrollo cognitivo y mental y proporciona vitaminas, minerales y energía que los niños necesitan para un sano crecimiento1,[2].
La alimentación diaria de los niños debe de cumplir con las características de una dieta correcta. Debe ser completa y variada, incluyendo distintos alimentos de los diferentes grupos, tales como frutas y verduras, cereales de grano entero, alimentos de origen animal, lácteos, leguminosas y grasas saludables. Es recomendable realizar 3 comidas principales y 2 refrigerios al día para cubrir los requerimientos diarios de energía y nutrimentos.
Establecer un menú semanal ayuda a darle variedad a la alimentación y a realizar recetas más creativas y saludables. Recuerda involucrar a los pequeños en la compra y preparación de sus alimentos, esto puede ayudar a incrementar su aceptación por alimentos que no suelen consumir o que no han probado antes.
Ejemplo de menú saludable para un niño en etapa preescolar:
Elige 1 opción de cada tiempo de comida. Puedes combinar:
Recuerda enseñar a tus hijos a comer un arcoíris, que aprendan los beneficios de comer en variedad, en sabor, textura y color. Habla sobre la cosecha de los alimentos y la magia de la naturaleza.
[1] Kaufer-Horwitz, Pérez-Lizaur, Arroyo. (2015). Nutriología Médica. Capítulo 6: Nutrición en la infancia., México, CDMX. Editorial Medica Panamericana. Páginas: 106-134.
[2]Raanan Shamir et al. (2015). Significance of the gut microbiota and nutrition for development and future health. United Kingdom. Wiley. Pages: 7-13.